Sinsentidos de verano 3: Laburás todo el año para que tu casa tenga ambientes de descanso decorosos y una higiene sin igual. Ahora, cuando llega la licencia, salís corriendo a alquilar una cabaña con los colchones todos torcidos y un inodoro en el que no podés tirar papeles porque se tapa el pozo negro (que se soluciona con una interesante bolsita maloliente al costado).
Sinsentidos de verano 4: Te quejás si en tu barrio no hay un supermercado grande que te permita hacer un buen surtido a buen precio, pero cuando te vas pa afuera:
Opción 1: caminás 25 cuadras pa ir al único almacén del balneario que te vende pan, queso, leche y vino suelto.
Opción 2: vas a un supermercado medio prolijo y pagás 50 dólares (sin chistar) por 1 kg. de duraznos y una tajada de sandía.
Sinsentidos de verano 5: Esperás todo el año la licencia para salir de la rutina, y cuando llegás al ansiado paraíso tus actividades son:
Día 1: Desayuno, playa, almuerzo, playa, cena, dormir.
Día 2: Desayuno, playa, almuerzo, playa, cena, dormir.
Día 3: Desayuno, playa, almuerzo, playa, cena, dormir.
...
Día 20: Desayuno, playa, almuerzo, playa, cena, dormir.
Día 21: Cambiás tu rutina de verano por tu rutina del resto del año.
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